La Caligrafía del Alma produce un recorrido único en la Alianza de los cuerpos estelares.
En la oscuridad de la noche,
de donde todos salimos y entramos
para reconectar con la intimidad de nuestra Alma,
fijo mi atención consciente
a los millones de luminarias que se muestran ante mí.
Las estrellas que, como puntos de vibración palpitante
me hablan de músicas estelares,
de hermosas y cromáticas combinaciones cósmicas.
En la noche,
abro sin miedo, mi ventana al universo,
con el caudal por el que he sido bendecido,
y no sólo permito, si no que empujo esta Fuerza
con decisión y voluntad, formando un trazo dorado,
como una lengua de Luz,
sostenida por la Mano que permite que mi mano sea,
alentada por la Mano que en mi mano ha construido este deseo,
me entrego sin temor al vórtice de este Camino infinito,
a la espiral áurea que no tiene fin.
A la belleza de sus singulares entrelazamientos y recorridos,
Con relaciones extraordinarias de matices increíbles,
vislumbrando no sólo lo que así acontece en el apaisado manto celeste,
sino reconociéndolo como mi paisaje interno,
donde todas mis relaciones se vuelven significativas
en su lugar específico y donde cada una se dio.
A esta noche que, como tapiz integra
toda suerte de experiencias y recorridos,
fulgurante como un rayo de poder,
me uno con mi estandarte a todos los vuelos
que como luciérnagas mágicas son llevadas por el sonido de su deseo ancestral.
A esta Noche, Madre de todo, donde se manifiesta la Luz
y como a ella estoy unido,
desde el Principio de los tiempos forjada en Amor,
donde todo es atraído y expandido como un latido universal,
creo el surco luminoso, allá donde me lleve
con el rasgo y la Caligrafía de mi foco orientado
a las estrellas más cercanas primero,
pero poco a poco, alcanzando después,
las más lejanas y aún más allá de lo conocido por mí,
como una llama viva engendrando vida por donde pasa.
Luz radiante jugando a saltar entre los cuerpos estelares,
atraída y a la vez llevada y empujada, canalizada
por miríadas de misteriosas combinaciones
que apenas mi mente puede imaginar.
Con una velocidad imposible de fijar,
con una energía retroalimentada constantemente sin fin,
con una frecuencia de tan alta vibración, que soy incapaz de definir.
Tan alto es este sentimiento, tan profunda esta experiencia
y tan simple como dejar que Eso que está en Mí, sea.
Uno todos los puntos de luz,
rasgando la noche en un Trazo que sólo Él sabe dónde va
extendiendo la malla que formará una apariencia todavía increada
pero ya, imaginada en el principio de los tiempos.
La Alianza vincula los centros desconocidos
en un reconocimiento que pertenece al Origen.
El Sello que se imprime, permite que todos los cuerpos de luz
reconozcan su afinidad y descubran la Ley y el Poder en su Corazón.
En el tiempo de mi Existencia,
me abro al tapiz estrellado de la noche
para que mi Trazo fulgurante
vincule la luminosa esencia de cada ser,
de cada pueblo, de cada planeta,
de cada galaxia y de cada universo
para desatar la sabiduría oculta dentro de todos y cada uno.
Yo soy un Punto de Luz y también el Trazo.
Yo soy el Deseo que vincula y subyace detrás de todo lo que ocurre.
Yo soy el que sin Deseo, hago mío el Deseo más profundo.
Y en este Deseo soy Uno.