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Mudras, el poder en tus manos

Los Mudras son gestos que se realizan con las manos y representan un ‘sello’. 

Son utilizados para sellar, anclar, dirigir, controlar, canalizar, equilibrar y restaurar el nivel energético de nuestro cuerpo y mente, unificarnos con nuestra parte espiritual y activar determinadas plataformas de nuestra psique para reforzar nuestra actitud cotidiana frente a los eventos que nos suceden. Una frase a recordar es: Si no controlas la energía, ella te controla a ti.

El Mudra es un elemento de refuerzo para la mente, orientada a expresar algo con el cuerpo en una acción determinante. 


Según la Tradición o cultura que los realice, representan un concepto u otro. No por hacer un gesto, representa lo mismo para unos que para otros. Así podemos observar que en la India se mueve la cabeza de lado a lado para indicar diferentes cosas, llevar la mano a la cabeza o empujar los puños desde el pecho hacia adelante pueden ser totalmente ininteligibles para alguien que no conoce esta cultura, asimismo en cada país tienen sus peculiaridades, como el insultar a alguien en Italia se lleva la mano bajo la barbilla y se empuja con decisión hacia el otro. Es común en Japón observar formas y gestos de los jóvenes actuales a la hora de expresar diferentes actitudes, que si no se conocen, parecen absurdos. Los encontramos entre los esquimales, entre los indígenas australianos, los africanos o sacar la lengua en el Tíbet.

También es interesante subrayar los gestos tipo ‘mudra’ que algunas tribus urbanas, grupos y bandas tipo ‘Latin kings’ usan como una definición de pertenencia o en el contexto militar cuando los mandos en una misión precisan comunicar una acción particular cerrando el puño o moviendo la mano de manera concreta para saludar.  


En la India se llaman MUDRAS  y de origen indio, en el Budismo Shingon el Shintoismo y el Taoismo, los mencionan como kuji-in (九 字 印)  'sellos de nueve sílabas' o kuji kiri. 


En el Cristianismo podemos observar también que en los iconos de la Iglesia ortodoxa o en las catedrales están las figuras humanas realizando diferentes posturas con LAS MANOS Y LOS DEDOS.

En Egipto también hay referencia de ellos, mostrando a los faraones o a los diferentes dignatarios en posturas gestuales concretas. También podemos encontrar gestualidades como en la tradición maya, que indica la unidad entre una persona y otra.


En cierto modo hemos de aseverar que en cualquier expresión humana, las manos y los dedos toman un papel relevante y cuando deseamos pronunciarnos a un nivel interno recogemos nuestras manos o juntamos las palmas de manera natural.


MUDRA es el referente más conocido y por eso lo usamos aquí, pero en realidad, no usamos necesariamente la misma lógica interna que en los diferentes yogas que son transmitidos a sus practicantes. Primero porque no es exclusivo del yoga y segundo porque en cada lugar se crea, a partir de un tipo de mente, formas y contextos diferentes. Igual que un idioma y sus dialectos o un arte o ciencia que evoluciona al cabo de varias generaciones.


Comprendido esto, 

¿Cómo usamos e interpretamos nosotros, en Aiam Escola, la gestualidad de las manos en el contexto ritual?


El rito es lo contrario a la rutina.


La rutina es un hábito y la mente puede estar a kilómetros de distancia de lo que se está haciendo.

El ritual, bien realizado, es el acto consciente de configurar el universo propio. Manifestar la realidad que nos habita, elevando la frecuencia y cualidad de nuestra propia energía para interactuar con decisión en los embates cotidianos. 


El ritual lo hacemos todos en mayor o menor grado, consciente o inconscientemente (convertido entonces en rutina). Al peinarnos o vestirnos. Cuando vamos al baño o nos disponemos a empezar el día.


Sujetos a tradiciones sin sentido ya para nosotros, muchas veces seguimos llenando nuestra vida por inercia, de actitudes, palabras y formas incoherentes como una ley caduca, una creencia fenicia o una expresión del Medievo que ya no tiene sentido.


Nosotros apostamos por la renovación de todo aquello que habita en nuestra psique, contemplándola con detenimiento y usando todas las herramientas que ahora tenemos a nuestro alcance para comprender la relevancia de determinados patrones de conducta.


Todo ritual ejercitado con conciencia, adquiere poder en nosotros y en nuestra realidad inmediata.

Cuando este ritual se adecúa a los ciclos estacionales y a la energía de la naturaleza, nosotros, al formar parte de ella, si estamos en sintonía con la misma adquirimos cualidades y forjamos estructuras con un soporte extraordinario para sostenernos en las adversidades o ajustarnos a un modo de vida trascendente.


Cuando conocemos las energías que nos habitan y sabemos dialogar con ellas, traducir su idioma y comprender sus señales, podemos interactuar con todas las partes para definir una totalidad.

Un Mudra para nosotros, no es algo separado del resto de prácticas de esta Escuela, que pueda ser usado banalmente por un profano. Precisa de un entrenamiento, de una voluntad y perseverancia comprobada. 


Es realmente un gesto de poder y debe ser manifestado con plena conciencia.


No sólo movemos nuestras energías, también activamos y movilizamos nuestro contexto y en la medida que comprendemos y conocemos más, nuestro ámbito es mayor. Por eso, con el tiempo, por medio de estas prácticas, nuestra acción es superior.


Poner agua en un recipiente con algo para cocinar y exponerlo al fuego sólo unos instantes, no realizará el resultado que buscamos. En algunas ocasiones requerirá hasta dos horas de exposición a su calor para que nuestro alimento esté cocinado y obtenga el sabor apropiado.


Un instrumento de música tiene que estar perfectamente afinado. El músico debe ser entrenado durante tiempo hasta lograr un resultado apropiado. Luego debe practicar y practicar hasta lograr la excelencia. 


Cualquier práctica seria requiere esto. No comprender esto es jugar al absurdo mundo de la superficialidad y sin sentido.


El trabajo interno, no se regala. 

El estudio requiere de voluntad. 

La disciplina es necesaria. 


Y sólo por poner las manos de una manera determinada no cambiará nada de nuestra vida si no tiene una relación directa con nuestro trabajo interior y nuestra decisión de cambiar determinadas actitudes y elaborar nuevos paradigmas en nosotros. 


Dado que todos somos ampliamente ignorantes a la hora de contemplarnos a nosotros mismos de manera objetiva, precisamos de la figura del instructor o del maestro, por mucho que hoy día se diga esta figura no es ya necesaria. 


A través de un MUDRA, concentramos ciertas energías de diferentes plataformas de nuestra Realidad para que interactúen a favor nuestro conforme a nuestro esfuerzo y voluntad.


Un MUDRA es una decisión interna y una perseverante actitud en un enfoque particular. Para alguien que no se ejercita en transformar su oscuridad, vencer sus adicciones, sanar sus heridas y armonizar sus relaciones de manera cotidiana, pulsando diariamente, realizar un MUDRA será tanto como una burla o un insulto a sus maestros, si los tuviera o una estúpida incoherencia y pérdida de tiempo si va de por libre.  


Compartimos los doce mudras iniciales que enseñamos en AIAM Escola para que sean conocidos conforme al nivel básico de los tres niveles que se imparten. Estas explicaciones son sólo breves interpretaciones para ayudar a entender un poco, algo de su cualidad real.


Un MUDRA sólo, no es nada. 


Los doce mudras de Aiam son como una orquesta bien organizada a fin de que la sinfonía produzca el resultado deseado. Es la primera obra.

 No es toda la música. Es como si fueras a un concierto y sólo escucharas una canción. Si no la sabes interpretar tú, por lo menos la escuchas y te produce un efecto. Este es el motivo por el que compartimos estos doce mudras. Para que puedas percibirte un poco a través de ellos.

1. MUDRA DE LA ARMONÍA

Mudra universal donde todo ser humano enfocado hacia el bien, reconocerá como propio. Abrir los brazos inspirando y juntar las palmas frente al pecho, llevando una actitud de respeto y recogimiento frente al universo y frente a nosotros mismos.


Con las palmas juntas respiramos naturalmente y meditamos en nuestra pequeñez ante lo inconmensurable del cosmos, así como nuestra empatía con todo los seres vivos en su viaje por la existencia. 


Este gesto tan simple, nos puede ayudar tanto ante un problema, que no podemos ni imaginarlo.  Darle tiempo al poder de las manos es darle tiempo al poder que hay en ti. Reunificas todos los valores que posees y tus hemisferios dialogan en paz. Toda polaridad se armoniza y todo adversario se sienta en tu mesa para escuchar la voz del corazón.


No hay práctica superior para este Mudra. Él es la práctica superior. Sólo escucha este gesto que pertenece a la paz de todas las culturas humanas desde la antigüedad y báñate en su cordura, en su viaje hacia el alma. No tiene secretos. Sin embargo, al ser el de más fácil acceso, es el más difícil de realizar, por causa de los muchos velos y distracciones que todos tenemos.

2. MUDRA DE ENFOQUE

Los dedos índices proyectados hacia delante mientras los otros se entrecruzan entre sí. Inspiramos llevando amabas manos en esta posición de arriba de nuestra cabeza hasta el pecho y de éste a nuestra frente y posteriormente estirando los brazos proyectamos nuestra intención y focalización a un lugar determinado exhalando. 

 

En los niveles superiores hay una respiración y un sonido concreto para usar las energías de manera apropiada. En las clases de maestría, se enseña el comportamiento y el uso de la energía de una manera clara y evidente observando los resultados físicos y energéticos, demostrando amplia y contundentemente la veracidad de lo que hacemos. 


Su utilidad es de concentrar nuestras energías para unificarlas en un propósito de dirección.

Los dedos índices son básicamente los dedos utilizados para señalar, indicar y dirigir, aparte de muchos otros conceptos que sólo son para los alumnos avanzados.

3. MUDRA DE LA CLARIDAD

Se realiza formando un triángulo tocándose los dedos pulgares e índices de ambas manos y como si éstas tocaran una superficie.


Se lleva este triángulo encima de nuestra cabeza, justo en el eje de nuestra vertical y elevando la cabeza y la mirada, mantenemos la vista en medio de este triángulo. Esto hace que nuestros ojos apunten hacia arriba en un punto, lo que activará la atención sobre nuestra glándula pineal.


Después, estando nuestra cabeza de nuevo en posición normal, se estiran los brazos frente a nosotros, manteniendo las manos en la misma posición como si tocáramos una pared enfrente. 


El triángulo contemplado es el que activa la correspondencia entre los ojos y la mirada interna. Al cerrar los ojos, Pineal, Pituitaria e Hipotálamo formarán el ensamblaje para entrenar la atención sobre la percepción interna y la intuición.  


4. MUDRA DE ACTIVACIÓN

Se entrecruzan los dedos de ambas manos con los dedos hacia dentro de las palmas, llevando este ensamblaje hacia el plexo solar y el pecho, para desplegarlo después al siguiente Mudra de Expansión o del Loto.

Los dedos cruzados así ayudan a la conexión de ambos hemisferios y la activación de la red neuronal del cerebro conectada con el plexo solar, así como armonizar la relación cerebro-corazón.

Visualiza estas conexiones que se construyen de manera firme y correcta y obsérvate ordenando correctamente tus emociones en relación con tus pensamientos para poder expresarlos con nitidez cuando sea necesario. 

Inspira mientras llevas el Mudra hacia tu Plexo solar y corazón. La exhalación se sucede cuando realizas el siguiente (El Mudra de Expansión).

Meditación. 

Yo y mis pensamientos somos uno.

Mis pensamientos y mis emociones son uno. 

Mis palabras y acciones son uno. 

Toda mi vida la construyo y la defino como una Unidad.

Yo Soy Uno en todas mis relaciones.

Este Mudra tiene tres niveles de información y formación, evaluados convenientemente para conducir al practicante a su empoderamiento frente a una circunstancia que lo precisa.


5. MUDRA DE EXPANSIÓN

Es como un loto abierto. Sinónimo de Amor Compasión y Abundancia. Corresponde al Chakra del Corazón y simboliza la pureza de este órgano.

Visualiza en tu corazón un capullo de loto.


Con cada inspiración, la flor se abre un poco más hasta que por fin queda del todo abierta y puede recibir en su interior toda la luz del sol.

La flor se deja llenar de luz, ligereza, calor, amor, entusiasmo y felicidad.


Los dedos meñiques conectan con el meridiano del corazón. Trata el nerviosismo, angustia y la ansiedad.


Los dedos pulgares con el meridiano del Pulmón. Trata tristeza, depresión insomnio, somnolencia y falta de memoria.


Práctica: 

Pon las manos como en loto frente a tu pecho. Inspira


Visualiza un loto abierto en tus manos. Asciéndelas por encima de tu cabeza. Y hazlo crecer hasta allí. Exhala.


Sus raíces son tus pies y se hunden en la tierra.


Entrega tu malestar al universo. Ahora con las manos encima de la cabeza, con el Mudra, inspira y recibe energía vital. Lleva las manos de vuelta ante tu pecho, exhalando.


Junta las palmas y mantén un mínimo de tres respiraciones, sintiendo que integras la energía curativa. Luego vuelve a hacerlo todo.


Repite quince veces diarias durante 22 días seguidos.


Meditación: Si quieres salir del barro, elévate hacia el cielo, abriendo el corazón.


6. MUDRA DE SANACIÓN

Las manos se abren frente a nosotros mostrando las palmas abiertas con los brazos estirados y las puntas de los pulgares tocándose entre sí. Exhalar. 

Se activa el punto de Lao Gun en el centro de la mano, uno de los veintiún chakras menores energéticos del organismo. 


Es un centro importantísimo usado en sanación y todos podemos reconocer su  valor, cuando acariciamos o tocamos a alguien o a algo, como una planta por ejemplo, desde el corazón. Las manos son la prolongación de esta bomba atómica que es nuestro corazón. 


El corazón es el primer órgano en formarse dentro del embrión y le llamo bomba atómica porque su poder es inmenso: Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas, una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. 


El punto central de la palma de nuestra mano tiene una relación directa con él. Nuestros brazos surgen de este órgano maravilloso, las manos después y los dedos surgen como antenas y codificadores de estas señales extraordinarias pudiendo alargar nuestra influencia de campo más allá de la estructura misma de los dedos. 


Esto lo mostramos constantemente demostrando y comprobando su realidad en nuestras prácticas de la Escuela. 


Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro, pudiendo aprender, recordar e incluso percibir. 


Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.


Primera:

La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, pudiendo inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias. Nuestras manos son las expresiones de este órgano, pudiendo proyectar a distancia su frecuencia.


El corazón puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras interacciones y reacciones. A través de él, podemos armonizar no sólo nuestro campo sino también el de otros. Hemos de entender sin embargo, que cuando hablamos de corazón, no sólo estamos hablando de una maquinaria orgánica si no de un centro  solar que vehiculiza la conciencia de nuestro propio ser. En el sistema hindú se relaciona con el elemento aire y el sentido del tacto. De ahí la necesidad de unir este sentido a los dedos de las manos y a la caricia que se ejecuta desde el estado de empatía, cariño y compasión. Un acto que procede del corazón.


Segunda conexión:

La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés, al producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.


Tercera:

La comunicación biofísica mediante ondas de presión. A través del ritmo cardiaco y sus variaciones, el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo. Mediante nuestra propia pulsación y vibración y al unirnos a la frecuencia vibratoria de la Tierra, nuestro ser se armoniza y sana. 


Cuando tenemos un dolor en el cuerpo, nuestras manos en seguida van a este lugar instintivamente. Este proceso se da igual, cuando se trata de curar o cuidar a un enfermo o a alguien que sufre. Las manos compasivas adheridas al corazón, envían el mensaje de vibración que contagiará un estado de calma y de amor a la otra persona.


Cuarta:

La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.


Se sabe que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros pero en el caso de algunos maestros puede abarcar kilómetros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.


Dan Winter es un científico que ha estudiado larga y profundamente las connotaciones magnéticas y eléctricas de la coherencia entre el cerebro y el corazón y ha observado la importancia de la frecuencia emitida cuando estamos con un ‘senti-pensar’ armónico o cuando no lo estamos. 


El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. 


Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. 


La otra es desordenada, con ondas incoherentes, apareciendo con el miedo, la ira o la desconfianza. 

Las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardiaco; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.


El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza, centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. 


Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.


Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas. 


Las manos expuestas en este MUDRA, tienen que ver con la manifestación  de la frecuencia de alta vibración coherente del corazón. Por esto es el MUDRA de Sanación por excelencia.


7. MUDRA DE CONEXIÓN

Esta posición de los pulgares unidos por la punta, sin hacer montaña ni valle. Ni exceso ni defecto. Ni demasiado agitados ni demasiado relajados, regulando nuestras tensiones en una natural postura sentados, reposamos la mano derecha sobre la izquierda. Es un estado de conectividad profundo.


Como ya dijimos en otro momento, los pulgares son los conectores y hacen la función de interruptores. Unimos la búsqueda de lo elevado en nosotros, con lo más profundo. Luz y oscuridad se sientan a la mesa para estar en silencio y contemplarse. La luna se refleja en el estanque y ni una leve brisa agita su superficie. 


La mano derecha, la activa, reposa sobre la receptiva, la izquierda. Toda acción debe sustentarse sobre un estado de calma y serenidad y esto se puede dar cuando todo nuestro ser está bien conectado y bien orientado, nuestra respiración calmada y nuestros pensamientos pacificados al entornar los ojos y bajar la mirada.


No decreto. Sólo entro en el Silencio profundo de mi Alma. La respiración se hace profunda y suave a la vez. Nada que obtener, nada que desear. Nada que temer. Nada que vencer. Nada que perder.


8. MUDRA DE LOS TRES SELLOS

Es un MUDRA complejo de explicar sin estar presentes. Se entrecruzan ambas manos entre los pulgares y los índices a través de sus intersecciones. 


Si lo vemos desde arriba, tendríamos que poder ver el símbolo del Yin y el Yang reflejado en el límite de ambas manos. Éste es el primer sello del Mudra.


El segundo y el tercero se hallan en el interior de la cavidad formada por el primer sello. El segundo se desarrolla en la atención puesta sobre el dedo pulgar de la mano izquierda en contacto con los dedos anular y meñique de la mano derecha.


El tercero se expresa rodeando el pulgar de la mano izquierda con los dedos medio e índice de la derecha en contacto con la punta del pulgar de la misma mano.


Su utilidad reside en un complejo entramado de conceptos asociados, que estudiamos en niveles de maestría. Pero a un nivel inicial se podría realizar como un Mudra de introspección y mantenimiento de la luz esencial dentro de nosotros. 


El MUDRA de los tres sellos tiene una cualidad de fuego que es sostenida mediante la atención en la estructura de las manos y los dedos puestas en esta posición explicada. 


Puede ayudar a retener el calor interno en el canal central (Chong Mai) al tiempo que se hace circular la energía por los vasos maravillosos (Dai Mai, Yang Wei Mai, Yin Wei Mai, el mencionado Chong Mai, Yang Qiao Mai, Yin Qiao Mai, Du Mai y Ren Mai) a través de los cuales los otros meridianos se nutren y los órganos con sus vísceras se equilibran. 


Tiene, al igual que otros, tres niveles de estudio y se relaciona con sus aliados energéticos para su perfecta  sinergia con los demás mudras y meditaciones. 


9. MUDRA DE PODER

Se usan los dedos índices y medios de ambas manos estirados y juntos con los otros dedos cruzados entre sí, delante del pecho. 


Surge del vientre, se abren  y conectan los dorsos de las manos, configurando su estructura a la altura de la cabeza delante de la frente y bajando con el mudra ya realizado hasta llegar al pecho. 


Une los tres espacios fundamentales del individuo: Cabeza, pecho y vientre. Pensar, sentir y hacer. El vientre lo consideramos el polo metabólico-motor que unifica los principios de la mente y el cuerpo desde donde procedemos a realizar toda acción que esté centrada y ajustada al Hara. El centro que nos conecta con la Tierra, nos ayuda a enraizarnos y anclarnos.


Refuerza el Mudra anterior, dirigiendo la energía de Fuego más allá de nuestro propio cuerpo, si así fuera preciso. Cuando las manos no se usan juntas, se utiliza en las artes marciales internas y en el Qi Gong terapéutico en los hospitales de China. Con las manos separadas y encaradas al suelo, sería la misma disposición de los dedos que el Mudra de Anclaje.


Índice y Medio, son el elemento Aire y Fuego, entre muchas otras cosas. El Aire alimenta el Fuego. 


La confusión de muchos viene cuando hacen un Mudra de una Tradición que tiene vinculadas unas informaciones diferentes a las de otra y combinan una mente profana con un lío de diversas culturas que sólo les causa un tremendo dolor de cabeza, si no algo peor. 


Es importante ser cautos y un poco sabios a la hora de usar herramientas que nos pueden dañar más que ayudar, sólo porque no sabemos usarlas.


10. MUDRA DE CONCRECIÓN

Se juntan los dedos pulgar, índice y medio de ambas manos con los otros dedos recogidos hacia dentro de las palmas.


Usado para permanecer unificado y activar nuestras potencialidades, pasar inadvertido, ubicar un objeto perdido, indagar en un plano determinado o recuperar la memoria de algo o conectar con alguien. 


Es igual que un tono de teléfono con su código de llamada para localización de otro usuario. 


Tres inspiraciones cortas y rápidas atrayendo determinadas energías a la cabeza, al pecho y al vientre. 


Tres soles que previamente meditamos en otras prácticas con una revelación de sonidos o vibraciones asociadas, construyendo una vibración común e instaurando el soporte adecuado para el fin que buscamos.


Se precisa de un largo y perseverante entrenamiento para usar eficazmente los Mudras.


11. MUDRA DE REGENERACIÓN

Colocamos el pulgar dentro de los otros dedos de ambas manos. Es revertir la pérdida de energía que podamos tener en un momento dado. 


Conscientemente retratamos la posible fuga que hayamos observado en nosotros y favorecemos el sellado de ésta con este mudra.


En la inhalación, con la suave contracción del suelo pélvico de la respiración invertida que practicamos en las clases de ‘Reconexión Física y Energética’, buscamos reordenar nuestro caudal, incrementando la cualidad que lo habita u desarrollando una nueva frecuencia de onda para que restaure la fisura, si la hubiera, en nuestra malla energética.


Este Mudra se configura con otros superiores al irradiar el sellado, así como fórmulas de sonido, pero no es de dominio público ni abierto a los neófitos.


12. MUDRA DE ANCLAJE

Se juntan los dedos índice y medio de ambas manos estirados y enfocados hacia la tierra, con los dedos anular y meñique sostenidos por el pulgar. 


Se utiliza para imprimir el ritual en la tierra y en el espacio habitado con la respiración consciente y decretando lo que se hace.


A través de este sello, anclo aquí y ahora las energías invocadas, para realizar un proceso sanador. Asiento las nuevas estructuras para que todo aquello que no está conforme a esta intención, sea transformado, apartado o anulado de este lugar. 


Hay otras fórmulas superiores, pero no son de libre publicación. 


13. MUDRA DE LIBERACIÓN

(Aunque no es exactamente un Mudra porque no es un sello sino una acción para desatar algo, lo compartimos como tal ya que se utiliza como un elemento gestual dentro de todos los rituales).

Se chasquean los dedos pulgares y medios de cada mano. 


Decreto: Así yo, me libero de este acto, cierro el ritual y devuelvo las energías usadas a su lugar, agradeciendo toda la ayuda obtenida, para sanar este proceso. 


El conocimiento de los diferentes conceptos usados para interpretar los dedos de cada mano y sus diferentes zonas, son esenciales para comprender correctamente lo que se hace. 


A nivel básico, el dedo medio y el pulgar al chasquearlos, actúa primero en nuestra propia psique y después en el campo energético que nos rodea.


El dedo medio es, entre muchas otras cosas, el dedo que representa nuestra actividad decisoria en un evento. Es el eje a través del cual nuestra mano expresa lo más elevado. 


Cuando hacemos el ritual, conectamos con eso: Lo más elevado de nosotros mismos. Los pulgares son los conectores o interruptores de un proceso. 


Por tanto lo que hacemos es darle a un interruptor para que ese vehículo que hemos utilizado, no siga consumiendo energía cuando ya no lo estamos usando. Igual que un coche, apagamos el motor hasta la próxima ocasión que precisemos usarlo.


¿Te interesa conocer estas Prácticas que realizamos en nuestra Escuela?


Si lo deseas te informaremos de todo lo que podemos ofrecerte y cómo puedes iniciarte en el proceso adecuado para el ejercicio de tu propia conciencia y el poder curativo con tus manos a fin de manifestar tu propia realidad y asentar un Camino de paz en tu vida.

Gracias. 

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