El Aikido es una magnífica síntesis de las artes marciales japonesas, porque además de ser un excelente y eficaz arte marcial, es una disciplina extraordinaria que desarrolla las potencialidades humanas, tanto físicas como psíquicas.
Es además un arte depurado que, con el tiempo, aunque ha ido evolucionando, sigue guardando la esencia original de su fundador, el maestro japonés Morihei Ueshiba. Un arte enfocado a la unificación del cuerpo y la mente y una extraordinaria filosofía de vida enfocada hacia la Paz y la Armonía.
Con la finalidad de mantener la esencia para la cual fué creado, en el Aikido se descartó la competición deportiva. Este arte marcial surge de la espada japonesa (Kenjutsu) y del antiguo Aikijutsu (Daito Ryu), aunque su fundador era también un gran experto en otras artes marciales. El maestro Ueshiba era una persona de gran carácter y pequeña estatura, además de una enorme fortaleza. De grandes ideales, fue influenciado por el Shintoísmo y la religión Omoto Kyo, desarrollando un espíritu compasivo y profundamente humano y universal, del cual quedó impregnado irremisiblemente, el Aikido.
Sus características son el control, la sobriedad, la firmeza y la adaptabilidad, de movimientos muy dinámicos, expansivos y circulares. Posee una gran belleza, estética y elegancia además de una probada eficacia, ya que el Aikido es enseñado en diferentes academias de policia y cuerpos de seguridad en diferentes países de todo el mundo, incluso en Cataluña.
El practicante de Aikido, utiliza técnicas de proyección e inmovilizaciones, con atemis (golpes a los puntos vitales del cuerpo) para controlar a su oponente.
En la práctica, se usan en ocasiones diferentes 'armas':
El Jo, un palo de madera de 1,25.
El Bokken, sable de madera.
El Tanto, cuchillo de madera.
Kodachis, cuchillos más largos, también de madera.
El Aikido despierta la intuición y los reflejos, mejora la salud, la elasticidad de las articulaciones y ayuda a corregir las malas posturas, favoreciendo espalda y la columna vertebral. La relajación vital bien comprendida, regula las tensiones y calma la ansiedad, la angustia y el nerviosismo.
Y sus beneficios pueden ser muy variados:
BIOLÓGICOS.-
A través de ejercicios llamados Aikitaisö (Prácticas bio-energéticas que mejoran los sistemas cardiopulmonar y neuro-muscular, fortalecen el sistema inmunológico y la circulación). Es importante recalcar que en el Aikido se hacen prácticas al aire libre en plena naturaleza.
FÍSICOS.-
Mediante el incremento de las propias aptitudes y capacidades de la coordinación motriz.
PSICOLÓGICOS.-
Generando una mayor auto confianza, creando habilidades para superar obstáculos y transformar el miedo y las inseguridades. Transformando las emociones negativas y aprendiendo estrategias para resolver conflictos cotidianos mediante analogías con el arte realizado.
Es muy interesante también, para la educación infantil y juvenil, ofreciéndoles una enseñanza maravillosa para despertar su autoestima, creatividad e intuición, mayor fuerza de voluntad, autodominio y capacidad para reconocer los propios valores como los límites.
SOCIALES.-
Porque brinda nuevas perspectivas a las relaciones interpersonales, distintas a la violencia y a la negatividad, dirigidas a reforzar la comprensión, la tolerancia y el respeto a sí mismo, a los otros, a su entorno, a la naturaleza y al planeta.
La práctica del Aikido está enfocada para que pueda realizarla cualquier persona, indistintamente de su edad, sexo o posibilidades físicas, pero sin duda, se necesitan unos requisitos esenciales para empezar esta disciplina. Algunos de ellos son la dedicación continua, la perseverancia, el entusiasmo, la motivación y la voluntad.
El arte del Aikido promueve la actitud positiva, la cordialidad y la amistad transformando la mente negativa y las quejas en una fuerza activa, participativa e co dependiente con los demás.