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La Muerte, esa dramática estrategia de la Vida

Morir es una estrategia de la vida que nos mantiene alerta y nos produce la emoción del miedo y la prudencia frente a la supervivencia. Si no existiera la muerte, el mundo sería muy distinto a lo que conocemos.

Los que han dejado el cuerpo atrás, han dejado ideas, pertenencias, proyectos, amistades, enemigos y familia. La mayoría de los rituales y aspectos relacionados con esta experiencia están destinados a los vivos que desolados precisan de un consuelo y un soporte emocional.


 Aunque se dice que el rito es para los fallecidos, usamos elementos que pertenecen sólo a los vivos. Por ejemplo, el señalar un día concreto para ‘ellos’ cuando la percepción del tiempo es algo que sólo pertenece a la existencia dentro de estas tres dimensiones ocupando un cuerpo físico.


El ‘Día de todos los santos’ es una festividad concreta, según se nos ha dicho, para dedicar a los familiares fallecidos, honrarlos y prestarles una atención enfocada.


Es una festividad católica, pero muchas personas, creyentes o no, participan de esta tradición, al igual que se destinó un día en el calendario para la mujer, otro para el orgullo gay y otro para la paz mundial.


Seguro que esto es aceptado por una gran mayoría y es por esto que a nivel popular se puede manifestar como ‘normal’.


La muerte es reverenciada en todos los lugares porque a todos nos causa un miedo visceral este trance y si bien muchos dicen que no temen a la muerte, cuidan su propia superstición o creencia al respecto. 


Desde los políticos, a los ateos, desde los generales a los surfistas. Los poetas, empresarios  e incluso los maleantes.

Todo tipo de rituales se desenmascaran cuando la trascendencia de la muerte toca a un ser vivo. 


Incluso los animales tienen sus propios rituales. Cualquier nativo de cualquier cultura tiene sus propios ritos ante la muerte. 


En algún país incluso decoran al fallecido, lo visten con sus ropas de calle y lo instalan en su hobby favorito para hacer una fiesta con él. Por ejemplo si le gustaban los coches y los refrescos, le hacen un coche de cartón piedra y con un refresco en su mano. 


¿Dónde empieza o acaba la moral para tratar a los que fallecen? 


Sin duda, en cada lugar se tiene una moral diferente y se permiten unas licencias que en otro lugar no se podrían dar. Donde en un lugar bailan y hacen una fiesta con música alegre, en otro se visten de negro y guardan silencio.


El ser humano en su descalabrada historia ha conseguido todas las experiencias más macabras en este sentido. Ha jugado siempre con la muerte y mucha gente sigue coqueteando con ella sin saber muy bien porqué. Se dice algo a propósito de la valentía o de la ‘hombría’ que caracteriza al que se enfrenta a la muerte, pero poco se dice de la poca cordura y la estupidez humana respecto a este tema.


Los adolescentes se hacen ‘selfies’ en lugares de manifiesta peligrosidad y se sabe de algunos que en estas situaciones han perdido la vida de manera dramática. Todos sabemos de lo perniciosa que es la adicción a las drogas y a otras sustancias pero aún y así siguen tomándolas. 

Y¿Por qué, si se dice que el tabaco es cancerígeno, los fumadores siguen comprándolo? ¿Por qué si un lugar se sabe que es peligroso, la gente va y se hace fotos para indicar que ellos son más valientes que nadie? 


Un volcán explota en Canarias y se hace hincapié en que es un lugar peligroso, pues no faltan ‘turistas’ de lo macabro y amantes de lo insólito para aventurarse cerca de la lava aún que pueda desprender gases tóxicos y matarlos en breves momentos.


No es por falta de información, es porque no existe la claridad interior respecto a que esto pueda realmente llegar a pasarles.


Creemos que somos eternos y una ligera brisa puede acabar con nosotros. Tan solo dejar de respirar unos minutos y dejamos la existencia. 


Sin embargo, vamos por el mundo empoderados sobre nuestro propio orgullo de ser algo que ni siquiera sabemos que es, porque el diseño de esta caricatura nos lo han impreso sin darnos cuenta, familia, cultura, país maestros, amigos, etc.


Ahora es el Día de respetar a los ‘muertos’ y todos a seguir la tradición, compramos flores, consumibles de todo tipo para esta festividad donde algunos se lucran a costa de los que visitan los cementerios y habiendo cumplido, todos vuelven a sus casas contentos de haber dedicado un día a sus seres queridos, aunque en vida, la relación con ellos fuera insufrible.


En el fondo, la ‘Muerte’ para algunos es un gran negocio.


La Tradición manda. Es como decir, que todo cuanto pertenece a la subconsciencia nos manda, y todos, como autómatas reseguimos la escritura que nos indican.  


Si viviéramos en la época del esplendor de Roma, hablaríamos de los dioses romanos y de cómo mantener un altar en nuestra casa para honrarlos. Pero esto ya no está de moda. No se lleva adorar a Hécate o a Zoroastro. Hay que seguir la moda.  


Mi interés con este artículo no es menospreciar a las personas que ‘creen’ en lo que hacen y lo hacen, convencidos de que su creencia es correcta.


En el fondo, es una pregunta la que me mueve a considerar todo este evento como una exploración de nuestras propias creencias y en qué están fundamentadas.  Porque por causa de ellas y por nuestro fanatismo frente al vecino que apuesta por otras, han habido tantas guerras patéticas malogrando la vida de tantos seres que se auto inmolaron para sostener lo que era insostenible. 


¿Está realmente nuestro ‘familiar’ en el nicho donde ‘reposan’ sus huesos? ¿Es el mejor lugar para honrar a un ser fallecido? En algunos lugares de China se cree que hay desventura para los vivos si  los ‘muertos’ no están honrados adecuadamente o si no están orientados en su enterramiento, conforme  a la dirección cardinal apropiada. Los descendientes pueden acusar un desfavorable y pernicioso malestar a muchos niveles si los padres o los abuelos no están adecuadamente agasajados y respetados. 

La cultura de la muerte en la India pasa por quemar a los seres queridos y tirar sus cenizas al Río Ganges. En el Tíbet se despedaza a la persona y se entregan los trozos a los buitres.


A algunos quizá se les escape una sonrisa socarrona ante tales creencias, pero no está de más mirarse uno mismo respecto a la cultura que cada uno tiene sobre la muerte y nos daremos cuenta que, o somos totalmente ignorantes sobre el tema o nuestras creencias son solamente un parche supersticioso sobre una mente moderna.


Una mente moderna, donde manda el móvil y los programas de internet, donde lo que prima es la mirada juvenil y desenfadada de los anuncios comerciales, no tiene lugar para tomarse en serio el tema de la vejez y la ‘muerte’. 


Eso es para las películas o los ‘otros’ a quienes les ‘toca’, por mala suerte.


Es políticamente incorrecto hablar sobre ello en una reunión entre amigos. Es mejor divertirse y distraerse. Pero esta realidad es algo a tener en cuenta, no sólo un día al año, si no, todos los días de nuestra vida, porque no existe una verdadera experiencia de vida si no se tiene la muerte como una ‘espada de Damocles’ en constante oposición.


No existe el valor a la vida, si no se da valor a la muerte. Pero más allá de las supersticiones, existen evidencias en muchos sentidos que podemos explorar e investigar para asentarnos con absoluta serenidad sobre un acontecimiento que es de vital importancia para todos nosotros.


La muerte y la manera como la afrontamos es un caudal de conocimiento y sabiduría que podría cambiar y de hecho lo hace, la vida de cada uno.

En las Escuelas iniciáticas se celebran ritos antiquísimos que introducen al iniciado en experiencias trascendentes para alcanzar estados superiores de conciencia. 


El Bautismo, entre otros, es un rito iniciático en su forma más original en el que el adepto debía entrar en el agua hasta ‘morir’ y renacer de las aguas, después. Las culturas andinas y chamánicas, las de los indios nativos de Norteamérica, las africanas o de Australia tienen rituales semejantes a propósito de la muerte y el renacimiento. 


La Sabiduría perenne, tanto occidental como oriental, nos aporta todas las informaciones útiles a este respecto para saber cómo interactuar en estos procesos y no delegar nuestra responsabilidad a los que se lucran con estas situaciones.


¿Es malo dedicar un día a los familiares fallecidos?

Honrar su memoria y respetarlos por lo que fueron no es malo en absoluto, pero la manera cómo lo hacemos, puede ser un desajuste para nuestra vida. 


Es en nuestra percepción de lo que fueron, de lo que imaginamos que son o de lo que nosotros queremos creer que hacen desde el más allá, cuando en realidad no es así, lo que puede dañarnos o crear velos en la verdad que nos habita.

Para rizar el rizo, nos ha llegado la Fiesta de Halloween a nuestro ámbito.


La palabra Halloween, se trata de una contracción de la expresión inglesa “All Hallow’s Eve”. 


Literalmente, significa “Víspera de Todos los Santos”. Era una celebración dedicada al recuerdo y la paz de los que habían dejado este mundo. Una festividad de origen celta que fue también adoptada por los romanos, llamada Feralia. Los celtas, mucho antes, la denominaban Smahaim o La Semon, y marcaba el final de las cosechas. 


En esta noche, antes del Día de todos los santos, los niños se disfrazan de horrendas criaturas, vampiros y fantasmas, hombres lobo y zombies, pidiendo golosinas en las puertas de las casas de los vecinos, pero en los ritos originales se pedía comida, sacrificios, hombres, vírgenes  e incluso niños para entregar a esas fuerzas oscuras. 


Lo que oculta la frase ‘truco o trato’ que los niños pronuncian cuando el vecino les abre la puerta, simboliza el pacto que hacían los magos cuando comerciaban con su ofrenda. 


Si les otorgaban lo que pedían, no les harían ningún maleficio. Algo así como los ‘protectores’ de los locales del barrio donde residen las bandas de delincuentes, exigiendo dinero para protegerlos de ladrones.


Estos brujos, llevaban, no una calabaza, si no un nabo enorme con una antorcha dentro para poder alumbrarse en la noche.


Un nabo con una cara maléfica tallada que representaba el espíritu diabólico al cual representaban y adoraban. Además, todos los símbolos que se colocan en esta fiesta son de rituales satánicos. Solo por ‘disfrazar’ a un niño de alguna manera relativa a estas imágenes, se hace partícipe de estas energías y lo que encierran. 


No es algo que sucedía sólo en la antigüedad, hoy en día hay misas negras, donde el día 31 es un día cumbre para hacer sacrificios de niños.


Pero no dramaticemos. Hoy día ya no sólo se disfrazan los niños, sino también los jóvenes y los adultos, teniendo en cuenta que, según dijo Gilbert Keith Chesterton, un escritor del siglo pasado, los disfraces en adultos no disfrazan, si no que revela lo que son y muestran la verdadera naturaleza de lo que tienen dentro.


Los mayores lo encuentran divertido si los niños se divierten con ello. De hecho, no hacen ningún mal a nadie. Sólo es un juego como cuando se va a ver una película de ‘miedo’. Los cultos ocultistas y sus brujos celebran siete fiestas o ‘misas’ principales y una de ellas es ‘la víspera de todos los santos’. 


Es una noche en la que se invocan espíritus y demonios. No importa que se crea en ello o no, de hecho, cuanto menos se crea mejor para ellos, pues pueden actuar más impunemente.


No se da valor a lo que imprimimos en nuestra psique. Después de todo sólo son seres imaginarios que no tienen que ver con la ‘realidad’ que habitamos, ¿o no?


Se cuida a los niños del visionado de pornografía, pero no se toma en cuenta la experiencia que esta ‘fiesta’ puede tener realmente para ellos y de hecho para todos.


Cerca del 31 de octubre se decía que las brujas aumentaban su poder y los druidas, auténticos magos blancos y herederos de los sacerdotes de Atlantis, eran dotados entonces por la Madre Naturaleza de la facultad de la adivinación o de predicción del futuro y se incrementaban sus poderes en la lucha contra el mal. Hasta aquí parece que estemos hablando de la película del Señor de los Anillos. Parece pura tontería.

 ¿verdad?


Los druidas, (que existieron y siguen existiendo), para compensar la llegada y el incremento de los poderes de la oscuridad en estas fechas, realizaban potentes ritos y sagrados ceremoniales de fuego. 

La luna llena ya sólo se ve en los cines. 


Apenas da tiempo de asomarse a la calle por la noche para verla. Sin embargo en los centros psiquiátricos se sabe que los pacientes acusan los días de luna llena y se vuelven más irascibles y caóticos.


Nos reímos de las películas donde un hombre lobo es afectado por la Luna llena, pero no sabemos descubrir cómo esto también nos afecta a nosotros, en el tráfico, y en nuestras relaciones cotidianas.


En estos días entorno al 31 de Octubre y el 1 de Noviembre se abría una especie de Portal donde las fuerzas del mundo astral, las almas perdidas, espíritus perversos y los elementales más bajos tenían mayor influencia sobre nuestra dimensión humana, buscando cuerpos humanos para habitarlos, con el motivo de controlarlos y usarlos según sus intereses.


Es tan fácil usar a alguien cuando su mente está en la neblina de las drogas o el alcohol. Es tan fácil controlar una mente con miedo o una mente tierna como la de un niño. 


Es tan fácil modelar una mente distraída o sin fuerza de voluntad, desarmada e hipnóticamente sugestiva, que precisamente esto es lo que hace peligroso este evento y lo que sucede en una fiesta como ésta. 


Todos están de fiesta y nadie cree que eso sea real ni tenga que ver con ninguna cosa preocupante. Estas mentes dilatadas son un semillero de negatividad y al no percibir la realidad subyacente, ésta puede penetrar sin obstáculo dentro de los incautos que están a su merced.


En la actualidad, sobre todo por la influencia americana y anglosajona, el efecto del consumismo y la negación de nuestra propia cultura ancestral, durante la noche de Halloween, los habitantes de las ciudades se disfrazan de forma horrible, monstruosa y abyecta, que deforma lo bello y la inocencia sobre todo de los niños. 

Por supuesto a ellos les encanta y a los adultos que consideran esta Fiesta inocua, participan con ignorancia de este propósito, abriendo un caudal de energía negativa sin saberlo.

En lugar de propiciarse la luz, la belleza, la dulzura y la armonía, se disfraza a los niños de cadáveres en descomposición, de demonios, brujas maléficas o vampiros que deforman el arquetipo original divino de la frecuencia más elevada que es el amor y atraen formas astrales de muy baja frecuencia con entidades del plano astral más bajo.


No son raros los casos de obsesión y de posesión astral que se producen en estos días, debido precisamente a que se abre una puerta que ha de permanecer cerrada y a la cual las gentes se acercan de forma similar y reconocible por esas entidades. 


Añádase a ello el uso del alcohol y las drogas en esas mismas fechas, y se tendrá una puerta abierta de par en par de imprevisibles e invisibles consecuencias, que no son detectables en el mismo momento. 


Alguien dijo que los niños y las niñas podrían ser revestidos con ropajes de naturaleza, como las sacerdotisas celtas y los druidas, con colores blancos, con vestimentas  de héroes, de caballeros, de guerreros espirituales, pues tal es la misión del ser humano sobre esta tierra: aumentar el bien, la bondad, la compasión, la alegría, luchar contra la oscuridad y elevar a todos los reinos a su condición de luminiscencia, belleza, armonía y justicia divina.


Cuando estos días se acercan, una oscuridad acecha y es entonces cuando nuestra función es primordial. La muerte no es un juego, ni es algo que sólo sucede en las películas. Perdida la razón primera de la existencia, decae la naturaleza en una vil trama de engaños y subterfugios.


No olvidemos a los muertos, pero nuestra vida no ha de estar condicionada a su existencia. 

En México hay una creencia que se expresa como la ‘Santa Muerte’ o ‘La Niña Blanca’ y tanto ha llegado a calar esta idea que se ha expandido su manifestación en diversos países. 


Es una combinación de varios cultos anclados en las raíces de un pueblo emocionalmente sensible. 

Cada uno observe y juzgue por si mismo lo que en su propia psique ingresa  e imprime. Que cada uno tenga el valor de mirar su propia piel y sea capaz de erradicar lo falso de lo verdadero. Pues de todo lo que consideramos verdadero, sólo permanece en el tiempo, aquello que lo es.


Que sea éste nuestro Propósito y nada que no sea nuestra verdad esencial, permanezca más de lo necesario sobre nosotros, empoderándose y causando más sufrimiento en el mundo.  


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